Fibromialgia: Bailando con los golpes de la vida

Hace dos años, en mi chequeo con el reumatólogo, me tiraron otra bomba: fibromialgia. Después de lidiar con la enfermedad de Behçet desde 2020, parecía como si mi historial médico ya estuviera lleno, pero bueno, la vida siempre tiene sorpresas.

Tenía dos opciones: tirarme al drama, deprimirme y aumentar mi nivel de ansiedad, o abrazar esta nueva etiqueta y aprender a vivir con ella. Adivinen qué elegí. La opción dos, por supuesto.

Así que me puse a investigar todo sobre la fibromialgia. No voy a mentir, ha habido días en los que sentía que no podía salir de la cama, días de lágrimas y momentos en los que simplemente quería esconderme del mundo. Pero la mayoría de los días, me levanté, me tomé mis medicamentos y decidí que este mundo aún tenía mucho que ofrecer.

Adaptarme al dolor fue complicado, pero lo que realmente me fastidia es esa niebla mental. Solía ser tipo Wikipedia con GPS incorporado y multilingüe, así que aceptar que eso cambió fue duro.

A pesar de todo, he ido a festivales, a fiestas de pueblo, he viajado sola o con amigos, ¡y hasta me he vuelto fan del deporte y la comida sana!

Hago Pilates y voy al gimnasio, adaptando los ejercicios para que no me maten. He llorado, reído, bailado, saltado y vivido una montaña rusa de emociones, pero lo más importante es que me acepto tal como soy y estoy increíblemente orgullosa.

Sorprendentemente, he logrado controlar mi ansiedad y superar mi tendencia a la depresión. Ahora, solo estoy enfocada en crecer en todos los aspectos de mi vida y superarme cada día. ¡Que venga lo que sea!